El otro día y de manera fortuita tuve conocimiento de un
verdadero héroe español, conquistador de otra época. Me contaron alguna que
otra historia de el, y entonces decidí dejar mi pequeño homenaje desde este
blog. No todo va a ser baloncesto. Además me parece genial dar a conocer, a
quienes lo ignoren, a este personaje de nuestra historia, y quien ya lo
conozca, pues que se refresque en su memoria. Me refiero a Blas de Lezo. (Iré
cogiendo párrafos de uno y otro lugar)
BLAS DE LEZO
Blas de Lezo y Olavarrieta
(u Olabarrieta) (Pasajes, Guipúzcoa, España, 3 de febrero de 1689 – Cartagena
de Indias, Nueva Granada, 7 de septiembre de 1741). Fueron muchas las hazañas a
lo largo de su vida profesional como militar de la Armada española, en las que
perdió un ojo, una pierna y un brazo. Por este motivo, le conocían como
Patapalo, o más tarde como Mediohombre, por las muchas heridas sufridas a lo
largo de su vida militar. Es considerado uno de los mejores estrategas de la
historia de la Armada Española.
Blas de Lezo llevaba
desde la Guerra de Sucesión luchando en el mar por España, en esa misma guerra
perdío una pierna en 1704 siendo todavía un adolescente, y desde entonces en
las batallas maritimas se había dejado también una mano y un ojo.
Era un veterno marino curtido, duro, con parche en el ojo,
garfio en la mano y pata de palo.
Luchó contra los holandeses, contra los ingleses, contra los
piratas del Caribe y contra los berberiscos.
En cierta ocasión, cercado por los angloholandeses, tuvo que
incendiar varios de sus propios barcos para abrirse paso a través del fuego, a
cañonazos.
En sólo dos años, siendo capitán de fragata, hizo once
presas de barcos de guerra enemigos, todos mayores de veinte cañones, entre
ellos el navío inglés 'Stanhope'.
En los mares americanos capturó otros seis barcos de guerra,
mercantes aparte.
También rescató de Génova un botín secuestrado de dos
millones de pesos, y participó en la toma de Orán y en el posterior socorro de
la ciudad.
Durante su tiempo como comandante general de Cartagena de
Indias, tuvo que defender de un sitio (1741) al que la había sometido el ataque
del almirante inglés Edward Vernon. La excusa de los ingleses para iniciar un
conflicto con España fue el apresamiento de un barco corsario comandado por
Robert Jenkins cerca de la costa de Florida. El capitán de navío Juan León
Fandiño apresó el barco corsario y cortó la oreja de su capitán al tiempo que
le decía (según el testimonio del inglés): «Ve y dile a tu rey que lo mismo le
haré si a lo mismo se atreve.» A la sazón, el tráfico de ultramar español se
veía constantemente entorpecido e interrumpido por los piratas ingleses. En su
comparecencia ante la Cámara de los Lores, Jenkins denunció el caso con la
oreja en la mano, de ahí que los ingleses conozcan el conflicto como «Guerra de
la oreja de Jenkins».
Obviamente, eran las riquezas coloniales españolas y no la
oreja del contrabandistas lo que preocupaba a los dirigentes ingleses.
Ya antes de declarar la guerra a España, los ingleses habían
reunido una flota y partió al ataque.

El Almirante ingles Vernon (como ya había dicho
anteriormente) consiguió saquear en un ataque por
sorpresa Portobelo con un
gran botín. Y disponía de una flota enorme, que
no sería superada hasta la
segunda guerra mundial, de más de 180 barcos con 3.000 cañones, además de casi
29.000 combatientes, frente a la ciudad defendida por 3.000 españoles, de ellos
solo 1.100 soldados veteranos, y 6 barcos de guerra.
La desproporción era abrumadora a favor de los
ingleses. Vernon estaba envalentonado
tras el saqueo de la mal guarnecida plaza de Portobelo (Panamá), y el inglés
desafió a Lezo, a lo que el marino español contestó:
«Si hubiera estado yo en Portobelo, no hubiera su Merced
insultado impunemente las plazas del Rey mi Señor, porque el ánimo que faltó a
los de Portobelo me hubiera sobrado para contener su cobardía.»
Tras una tenaz resistencia española, se conquistó el fuerte
que daba acceso a la Ciudad, San Luís, que llegó a recibir más de 6.000 bombas
y 18.000 cañonazos antes de caer.
Se mandó a Inglaterra una barco con la noticia de la
inminente victoria, que desencadenaron una ola de euforia y patriotismo pocas
veces vista, celebraciones en las calles, actos de exaltación, fiestas y más
fiestas, y en este ambiente de fiesta y triunfo se mandaron acuñar toda una
serie de medallas y monedas conmemorativas. En ellas aparece Venon con Blas de
Lezo arrodillado, y la leyenda "El orgullo español humillado por
Vernon", (The Spanish pride pulled down by Admiral Vernon). En la figura
Blas de Lezo no está cojo ni manco para no dar la impresión de vencer a un
tullido.
Sin embargo, los españoles, dirigidos por el vasco Blas de
Lezo, estaban lejos de querer rendirse. Tras rechazar dos anteriores tentativas
inglesas contra la ciudad, hizo frente a la fuerza de desembarco del almirante
Vernon
Vernon llega a Cartagena, rodea la ciudad y durante 67 días
se dedica a bombardearla.
Las defensas aguantan y en un intento de entrar a puerto,
Blas de Lezo hunde los seis navíos cerrando la entrada y obligando a Vernon a
tener que tomar la ciudad por la selva.
Los españoles aguantan, las escaramuzas se repiten y los
ingleses comienzan a caer no solo por los mosquetes, sino también por las
enfermedades como la malaria, y la fiebre amarilla. Vernon se desespera y en
plena noche ordena un ataque masivo al fuerte de San Felipe para forzar la
entrada en la ciudad.
Blas de Lezo, ordena a los 300 españoles superviventes una
carga a la bayoneta y el arma blanca para defender la rampa de acceso al
fuerte. En un cuerpo a cuerpo brutal, los españoles logran rechazar el ataque y
matar a 1.500 ingleses.
Vernon, presionado por haber mandado a Inglaterra la noticia
de la victoria, decide asaltar la ciudad directamente la noche del 19 al 20.
Blas de Lezo, temiendose el ataque, manda escavar frente a
las murallas una zanja para hacerlas más altas. También cavó una trinchera en
zig zag para evitar que los cañones ingleses se acercasen demasiado. También
envió dos hombres fingiendose desertores a darles a los ingleses rutas hacia
las murallas donde los esperaban.

Los ingleses miden mal la altura de las muralla de
Cartagena, quedandose dos metros cortos. Esa
noche, unos 15000 hombres atacan
la fortaleza, que defienden unos escasos 1000 españoles.
Esa noche, los escasos 1.000 españoles matan a tiros y
flechazos entre 8.000 y 10.000 ingleses. Es una de las mayores masacres de la
historia inglesa hasta entonces, porque las escalas que lanzaban los ingleses
les faltaban 2 metros. Los ingleses se agolpan a los pies de las murallas sin
posibilidad ninguna de escapar.
Vernon se ve obligado a hundir más de la mitad de los barcos
porque ya no tiene gente suficiente para gobernarlos a todos.
Vuelve durante unas semanas a bombardear Cartagena, al
final, se ve obligado a regresar a Londres. Vernon le gritaba al viento una
frase: «God damn you, Lezo!» (¡Que Dios te maldiga Lezo!). En la huida envía a
Lezo una última carta: "Hemos decidido retirarnos, pero para volver pronto
a esta plaza tras reabastecernos en Jamaica"
En cuanto a Blas de Lezo, respondió a Vernon: «Para venir a
Cartagena es necesario que el rey de Inglaterra construya otra escuadra mayor,
porque ésta sólo ha quedado para conducir carbón de Irlanda a Londres, lo cual
les hubiera sido mejor que emprender una conquista que no pueden
conseguir.» "Llegaron con la misma
arrogancia de siempre, y fueron vencidos con los métodos de siempre".
El Rey inglés Jorge II ordena retirar todas las monedas ya
puestas en circulación y dicta una orden advirtiendo que si un solo historiador
británico escribe una sola frase sobre lo sucedido será ahorcado.
Incluso cuando Vernon murió se escribió en su tumba
"conquistador de Cartagena".
Blas de Lezo murió unos meses después, unos dicen que por
unas fiebres como consecuencia de las infecciones de las heridas recibidas,
otros que por la peste, debido a los cadaveres de los ingleses. Lo que no se
sabe es donde fue enterrado. Sus rivales en la Corte española le impidieron
cualquier gloria.
En Cartagena de Indias, Colombia, Blas de Lezo es reconocido
como un gran héroe. Su estatua frente al Fuerte de San Felipe es muestra del
respeto y admiración a este gran personaje. Por cierto que la estatua refleja a
Lezo tal como era: con un sólo brazo, con una pata de palo y con un solo ojo,
aunque esto es más difícil de apreciar.
Por cierto, hace unos años los ingleses celebraron a bombo y
platillo el 200 aniversario de la batalla de Trafalgar, y claro sin animo de
molestar, de buen rollito. invitaron a los franceses y españoles al evento, a
que no sabeis como se llamaba el navio de guerra que la armada española mando a
la celebracion. Si, Si , fue ni mas ni menos que la fragata "Blas de
Lezo".